Es una mujer

 Es una mujer. 

Podría ser una fiesta, una tormenta 

o un abrazo largo. 


Cuando me quiebro, 

es un hospital ambulatorio 

donde nada falta. 

Serena, soba, inyecta, 

espera, monta guardia. 

Da el alta solo cuando me ve fuerte 

en mis dos pies, 

con la vista distraída en algún suceso pavote.


Mamá es verano. 

Es sombra frondosa de tilos 

que emanan ese olor borracho. 

Es una cocina concurrida

con aromas de comida casera.

La albahaca y el romero

se anuncian desde el patio.

Es mate amargo y tragos frescos. 

Es un corredor antiguo de gente y familia.

Mamá es constructora de espacios de ternura. 

Recibe a sus nietas 

con ese gesto 

propio del amor 

y las despide de la misma manera. 

En el medio habla, enseña, 

susurra, erige, forma, 

cultiva, compone. 

Es la abuela que puebla 

recuerdos venideros, 

y lo sabe.


Es una mujer, 

pero podría ser un rayo, 

o un guerrero gurkha cuando le tocan sus hijos.

Es mi espalda,

el empujón 

y el festejo.


Cuando la voy a llamar

mi teléfono 

              ya está sonando.


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